CONMOCION EN WINIFREDA
Cuatro hombres armados y disfrazados de policías irrumpieron ayer después del mediodía en una vivienda de Winifreda, donde encañonaron a una mujer adulta, golpearon con culatazos a su hijo mayor de edad y tras inmovilizarlos se apoderaron de dinero y otros bienes personales.
La violenta entradera se produjo a las 13.30 en una casa ubicada en la calle Urquiza. Su dueño sintió golpes en la puerta, miró por la ventana y vio a dos individuos vestidos con uniformes policiales de color azul similares a los de la policía bonaerense y tenían puesto los clásicos borceguíes.
Abrió confiado y los atendió desde el umbral donde uno de ellos le mencionó su nombre y apellido y le indicó que tenía una notificación para darle, incluso tenía en la mano un papel arriba de una madera. Pero una vez adentro, los individuos a cara descubierta extrajeron sus armas y un machete y empezaron a golpear salvajemente al vecino, quien atinó a defenderse.
En ese momento aparecieron dos hombres más y entre los cuatro lo redujeron causándole heridas cortantes en su rostro, el cual quedó desfigurado. También le pegaron en las costillas.
Dos se metieron a una pieza donde estaba acostada su madre y le apuntaron con dos armas. "Por favor no me lo maten, estoy inválida y él me cuida", exclamaba la mujer ante los agresores, al tomar conocimiento que su hijo estaba en el piso sangrando. Ella fue sometida hace un tiempo a una delicada operación cardíaca y usa marcapasos.
"Está bien viejita, pero te dejás atar", le respondió uno de los desconocidos. Madre e hijo fueron atados con precintos. Los ladrones revolvieron todos los dormitorios y se habrían llevado joyas, dinero en efectivo y objetos de valor para luego darse a la fuga supuestamente en un automóvil de color blanco o azul.
Tras liberarse, los miembros de la familia llamaron a la policía, quien realizó un rastrillaje en el pueblo y zona de influencia con nulos resultados al cierre de esta edición.
Pericias.
La División Criminalística de la URI de Santa Rosa trabajó en la recolección de huellas dactilares y la investigación está a cargo del jefe de la comisaría local, el subcomisario Juan Bustos Paulino.
Fueron las propias víctimas, quienes en medio de tanto dolor y en presencia de policías, relataron a LA ARENA la pesadilla que les tocó vivir mientras se preguntaban "por qué a nosotros que no le hacemos mal a nadie". > Luis Barbaschi para LA ARENA 16-02-16 <