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  • Foto del escritorNorberto G. Asquini

Rumbo a 2017: las tres patas y sus estrategias


Queda tiempo, pero no tanto. Ya comienzan a asomar los escenarios posibles para las elecciones legislativas de 2017, que determinarán el rumbo de los dos años siguientes del gobierno de Mauricio Macri, la nueva configuración del peronismo y delineará para muchos dirigentes su futuro de cara a 2019.

Hay una certeza para todos: la performance del macrismo, que quiere mejorar su representación en el Congreso, está condicionada a una mejora en la situación económica. Y una hipótesis para La Pampa: habrá tres patas centrales, lo que delimita la estrategia de cada sector, y que son el PJ, el Frepam y el PRO-Cambiemos. Las tres fuerzas, con distinto peso, que ponen en juego un diputado cada una. A partir de allí, pocos nombres por ahora y muchas especulaciones.

Vamos a la primera pata. El PJ está bien plantado en La Pampa bajo la gestión y conducción del gobernador Carlos Verna que hegemoniza la escena. Pero mira de reojo lo que ocurre en el país y en la provincia de Buenos Aires. En PBA está el kirchnerismo que divide, un peronismo de jefes territoriales que pretende reorganizar el partido en la diáspora y Sergio Massa como factor de poder importante, ya que es el que más mide en ese distrito. De ahí que el PJ esté analizando dos estrategias en el distrito central, en el que todos los partidos quieren sacar ventaja. O todos unidos, con Massa adentro y encabezando; o divididos en tres y haciéndole el juego a Macri.

En La Pampa, bajo la hipótesis de las tres patas, algunos en el PJ piensan en acercar posiciones con otros sectores peronistas y fortalecerse frente al Frepam y al PRO-Cambiemos, que van por un diputado cada uno. Ensanchar la base electoral con massistas y peronistas kirchneristas. Es un juego de necesidades y conveniencias. No quieren que pase lo ocurrido en 2013 cuando se quedaron con un diputado menos a manos del PRO, y ahora se analiza que el PRO, a diferencia de entonces, tiene un presidente propio, recursos y estructura.

Verna está concentrado en la gestión y en administrar la provincia con los fondos justos.

Nombres de posibles candidatos no hay. Todos fijan la mirada en el diputado Espartaco Marín, a quienes le dan grandes chances, pero son sólo análisis anclados en la gravitación pública que ha tomado su figura. En su entorno afirman que ese no es su destino.

Vayamos a la oposición al PJ. Las estrategias que se tejen, sin muchos elementos pero avizorando lo que puede venir, empiezan por la pregunta ¿juntos o separados? Las dos principales figuras, el diputado nacional Francisco Torroba de la UCR y el secretario de Deporte, Javier "Colo" Mac Allister del PRO-Cambiemos, han adelantado que prefieren ir por separado. Torroba, con la mejor performance que tuvo un candidato a gobernador de la oposición en 2015, es número puesto para retener el cargo de cara a 2019. No estaría solo en la primaria de agosto en el Frepam, hay otros dirigentes que analizan jugar como Martín Berhongaray o el socialista Luis Solana.

En el PRO-Cambiemos los ojos están puestos en que Martín Maquieyra se mantenga en el Congreso, pero las encuestas no parecen ayudarlo. Muchos empujan a que Mac Allister sea candidato nuevamente, convertido en el "ancho de espadas", pero el secretario prefiere mirar más lejos. Y están quienes piden para sí esa camiseta desde la Legislatura.

Mucho depende de ambas fuerzas si van a ir juntas o separadas. Juntas es en la coalición electoral de Cambiemos como en 2015 y obligaría al Frepam a congregarse en torno a un solo candidato para no dividirse frente al PRO en esa interna. Puede haber decisión de no juntarse -si bien hay radicales que impulsan la unión del frente por su estrecha y fluida relación con el gobierno macrista, desde legisladores nacionales a intendentes-, y también podría haber una orden nacional para que se concrete esa alianza. Esta segunda definición podría empujar a que se conforme por fuera de la UCR-PRO una fuerza de centroizquierda distinta a Cambiemos.

En los cálculos está que ambas fuerzas separadas llevarían a que puedan competir con más chances por un diputado cada una. A nivel nacional el macrismo quiere un Congreso propio para imponer la agenda parlamentaria. Le daría al radicalismo en las listas el mismo número que tiene hoy de legisladores, pero el resto de los que coseche sería amarillo. A diferencia de otras jurisdicciones como CABA o PBA, en La Pampa el PRO no gobierna y el radicalismo tiene mayor peso político. Pero también a diferencia de los tres territorios claves (PBA, Santa Fe y Córdoba) donde el macrismo no tiene candidatos competitivos, en La Pampa asoma Mac Allister como amenaza. ¿Podría un mandato nacional impulsar finalmente una lista de unidad para no dividir votos? Y ahí surge otro interrogante que oscurece más de lo que aclara el panorama: ¿quién la encabezaría, un radical o un macrista?

Otro dilema en este escenario, para todos, es la fidelización o la volatilidad del voto, sobre todo en una legislativa. El votante actual es un "nuevo elector" que vota lo que quiere, y las presidenciales del año pasado lo demostraron. El PJ teme los votos que se escaparían a massistas y kirchneristas; el radicalismo no quiere que se repita lo de las primarias de 2015 cuando casi pierde frente al PRO, hoy fortalecido.

Y vamos a las estrategias. ¿Qué discurso se activará teniendo a Macri y su gestión como la principal variable, superado el clivaje local kirchnerismo-antikirchnerismo? El PJ provincializará como siempre su discurso, legisladores que garanticen la gobernabilidad, pero que defiendan los intereses pampeanos frente al gobierno nacional y los de la gente ante medidas antipopulares. El PRO-Cambiemos tendría, de favorecer la situación económica a Macri -que hoy es muy esquiva- el mejor discurso en defensa del oficialismo nacional y pararse como sus legítimos representantes. El Frepam-UCR garantizaría el rumbo nacional, pero haciendo hincapié en la identidad radical y su aporte -y crítica- a un gobierno que no le ha dado mucho espacio. Y un espacio progresista correría por el carril de usar la doble estrategia de oponerse tanto al PJ provincial como marcar distancias con el macrismo nacional.

Finalmente, más allá de las estrategias, jugará el peso de la coyuntura: si los pronósticos del gobierno de Macri se cumplen, habrá un voto de apoyo; si la situación económica sigue deteriorándose, será de castigo. Una ley de hierro a la que nadie va a escapar.

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