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Carlos Kisner 200
  • Foto del escritorLa Pampa

Ganadería: las ventajas de los verdeos de verano


Producir cantidad y calidad de forraje manteniendo una oferta uniforme a lo largo del año, contemporizando demanda versus oferta forrajera, es siempre un desafío. Los años muy fríos (como el actual) o en los que se demoran las lluvias de inicio de primavera hacen que la salida del invierno sea crítica, peor aún si se dan las dos situaciones en conjunto. La falta de pasto es generalizada a esta altura del año. Son pocos los productores a los que les ha sobrado algo de verdeo de invierno.

Al resto no le queda más remedio que la suplementación. El crecimiento incipiente de las pasturas perennes es un alivio, no obstante ello debemos procurar lograr altos volúmenes de pasto de manera rápida. Esto resulta fundamental, pues es precisamente durante la primavera que se deberán hacer las reservas forrajeras de cara al próximo invierno, a la vez que se alimenta la carga animal existente.

Semejante demanda de pasto solo puede ser aportada con la ayuda de dos especies muy nobles, de rápido crecimiento y buen volumen de forraje:1. El sorgo forrajero.2. La moha gigante.El sorgo forrajero desde el punto de vista agronómico es una planta adaptada a ambientes semiáridos que para poder cumplir su ciclo necesita de unos 130 días sin heladas. Cuando las temperaturas bajan por debajo de 21ºC disminuye su producción, logrando su potencial con rangos de entre 25ºC y 30ºC.

La competencia que le efectúan las malezas es muy importante evitarla, sobre todo en los estadíos tempranos de crecimiento, por ello es que recomendamos la utilización de los herbicidas registrados para este tipo de cultivos. Se debe sembrar cuando la temperatura de suelo llega a los 18ºC; siembras más tempranas generan un crecimiento inicial lento y se agrava el peligro de pérdidas de plantas. Se busca obtener entre 20 y 35 plantas por metro cuadrado (según el ambiente), para lo cual se debe colocar un porcentaje más de semilla que la cantidad de individuos deseados, debido a que la pérdida de plántulas es muy alta.

Esta especie tiene el potencial de producir altos volúmenes de forraje (400 a 600 raciones) dividido en tres a cinco pastoreos, con ganancias que rondan los 700 a 800 gramos por animal por día en los primeros pastoreos y unos 500 a 600 gramos por animal por día durante los últimos pastoreos. Genera buenos resultados suplementar estos sorgos con sales azufradas. El primer pastoreo se hace cuando la planta tiene unos 70 centímetros de alto aproximadamente, lo que representa unos 2.000 kilogramos por hectárea de materia seca. Se utilizan cargas de entre cuatro y seis novillos de 400 kilogramos o su equivalente en otras categorías.

Los sorgos forrajeros se adaptan al pastoreo directo, al silaje planta entera, a la confección de rollo o incluso al pastoreo diferido. Esta última opción es una alternativa bastante discutida porque un sorgo forrajero azucarado almacena la energía como azúcar. La misma se pierde por oxidación una vez que la planta muere por una helada, por ello si se piensa ofrecer diferido la mejor elección es plantar un sorgo granífero, ya que este guarda la energía como almidón, el cual sí es un hidrato de carbono de reserva perdurable aunque la planta haya finalizado su ciclo. En el caso de que el forraje se destine a la realización de henos es imprescindible utilizar una máquina segadora acondicionadora, de manera de quebrar los tallos permitiendo que la humedad salga y el forraje se deshidrate rápida y uniformemente.

Un rollo de sorgo posee alrededor de un 14 a 18% de proteína, tanto la concentración de esta como la digestibilidad del alimento serán mayores a medida que más temprano sea el corte, el cual puede iniciarse a los 70 u 80 centímetros de altura. Para el caso de silaje, si se utiliza sorgos forrajeros conviene picarlos con un 30% de panojamiento o incluso algo antes si lo que se busca es calidad, en cambio si el objetivo es cantidad puede esperarse un poco más. En caso de picar un híbrido doble propósito se deberá esperar a que la mitad inferior de la panoja tenga grano pastoso y la otra mitad, lechoso.

Otra técnica muy utilizada por los productores es la de hacerle dos pastoreos y dejar el tercero diferido para el invierno (vale la salvedad antes hecha para este tipo de estrategias).

Disponemos en el mercado de sorgo forrajero común, o en su defecto si pretendemos mayor calidad nutricional escogeremos un sorgo con tecnología BMR. Esta sigla significa que la planta fue modificada genéticamente para que disminuya su nivel de lignina en tallos y hojas, lo cual se manifiesta por una banda color “té con leche” en la nervadura central de la hoja. La diferencia de lignina entre una planta “común” y una BMR es de apenas dos por ciento menos para esta última, sin embargo nutricionalmente hablando la diferencia es superlativa. Es muy recomendable que la “estructura del cultivo” (diseño de los surcos) contemple una orientación con las hileras hacia la aguada, de lo contrario los animales rompen muchas cañas durante su tránsito por el lote en pastoreo, generando cuantiosas pérdidas de forraje.

El remanente de pasto que quede una vez liberado el potrero deberá ser eliminarlo con una segadora en caso de ser factible, esto favorecerá una buena y vigorosa recuperación del verdeo de verano.Vale mencionar que también están los sorgos forrajeros fotosensitivos, que demoran en promedio un mes la floración, lo que les permite acumular mayor cantidad y calidad de materia seca. Esta alternativa de genética puede venir apilada con la tecnología BMR y en general se las destina a silaje picado fino de planta entera, ya que están adaptadas a una mayor acumulación de materia seca por demorar la floración.

La moha se diferencia del sorgo forrajero fundamentalmente por la casi nula capacidad de rebrote. Es un cultivo que se “come a morir”, por lo tanto se adapta mejor para la confección de rollos. Al no tener un tallo tan carnoso como la otra especie citada es de secado más sencillo, aun con la ausencia de rolos acondicionadores de caucho, los cuales es conveniente usar, pero si no disponemos de esa maquinaria en la zona la moha es posible de henificar sin ese tratamiento (acondicionado). Produce un volumen muy alto de pasto en 60 a 90 días, dependiendo de la calidad y el volumen deseado, como así también de la fertilidad inicial del potrero y la humedad disponible durante su desarrollo.

En resumen, salir del invierno en La Pampa con altas cargas de animales para aprovechar las raciones baratas de la primavera ha sido y será siempre un desafío, para ello una superficie de verdeos de verano es indispensable en un sistema de invernada a pastoreo, y para tal fin estas dos especies mencionadas en la columna de hoy son sencillamente indispensables en ambientes semiáridos como La Pampa.El Diario

Por Mariano Fava

Ingeniero Agrónomo (MP: 607 CIALP)

Posgrado en Agronegocios y Alimentos

@MARIANOFAVALP

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