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Carlos Kisner 200
  • Foto del escritorLa Pampa

Silos de grano ''self service'' para bovinos


La provincia de La Pampa en una región de producción agropecuaria definitivamente mixta, es decir que tanto la ganadería como la agricultura ocuparán un lugar preponderante e ineludible en la economía provincial por dos aspectos fundamentales: por un lado, todo el oeste pampeano es una fuente de generación de terneros y terneras de calidad, los cuales sería deseable que se engordaran en un ciento por ciento localmente, ya sea en origen o en los campos del este, los cuales tienen mayor potencialidad para proveer pasturas de calidad para invernar, y además porque de la mano de la tecnología (siembra directa, agricultura de precisión y biotecnología) se están gestando verdaderas transformaciones de algunas cadenas de valor, lo que sin duda se llamará próximamente la segunda revolución verde, similar a lo que aconteció hace unos años con la irrupción en el mercado de las variedades de trigo con el gen de enanismo que catapultó los rendimientos y la seguridad alimentaria de la población mundial.

En este sentido, es de resaltar lo que ha acontecido los últimos años en el negocio del maíz. Gracias a la inversión de empresas multinacionales, y a la adopción por parte del amigo productor de la nueva tecnología lanzada al mercado, esta gramínea fundamental para la sustentabilidad de los suelos se está transformando en el cultivo más seguro y sencillo de plantar, incluso mucho más que la mismísima soja. En la provincia de La Pampa el área plantada con maíz y la tecnología aplicada al cultivo no paran de crecer, y con ellas los rendimientos. Ahora bien, si tuviéramos la suerte y la capacidad de generar en la provincia cantidades crecientes de este grano no solo la agricultura se vería favorecida, sino la producción pecuaria toda en su conjunto. Pero para llegar a ese objetivo debemos sortear un obstáculo no menor que significa la comercialización y el agregado de valor del grano.

No cabe duda de que con un producto de tan bajo valor por unidad de peso como el maíz, sumado a la lejanía de La Pampa de los puertos, pensar en destinarlo a la exportación tal cual sale de los campos es poco interesante. En efecto, la logística (flete) insume alrededor de un veinticinco por ciento del valor de cereal, y es una relación de costo insumo/servicio relativamente constante a lo largo de una serie histórica de precios. Sin embargo la solución no es demasiado complicada, solo hace falta un poco de planificación.

La primer respuesta del empresario agropecuario cuando vio la necesidad de transformar el maíz localmente en grano fue la de adoptar el esquema del feed lot. Este tipo de engorde desarrollado en Estados Unidos consta de corrales de confinamiento donde el ganado bovino es alimentado a través de un mixer con grano de maíz, concentrados proteicos y alguna fuente de fibra, como puede ser heno o silaje picado. En efecto, como todo negocio intensivo, de alto costo y necesidad de insumos, tiene momentos en que se gana dinero, momentos en que se sale hecho y momentos en que se pierde plata, en general siguiendo una curva inversamente proporcional al precio del maíz. El pequeño y mediano productor trató de adoptar y/o adaptar este sistema a sus posibilidades y los escollos fueron muchos. Pero los principales son el costo de tener todo el tiempo maquinaria en movimiento para alimentar los animales, el problema ambiental que surge del confinamiento de tanta cantidad de hacienda en un espacio tan pequeño y finalmente el factor humano. Esto último resulta clave, pues como podrán advertir el animal come todos los días sin importar si se trata de domingos de superclásicos, feriados, clima adverso o cualquier otro justificativo que impida alimentar la hacienda. Todo esto hace que el esquema de engorde a corral (feed lots) quede relegado a grandes productores o capitales.

Afortunadamente el ingenio argentino se ha hecho presente una vez más y con una idea disruptiva ha desarrollado un sistema que elimina gran parte de los problemas antes mencionados. Este nuevo desarrollo es tan simple como revolucionario, y al analizarlo uno piensa cómo no se nos ocurrió antes. El mismo consiste en el silo de grano autoconsumo, de regulación voluntaria por parte de la hacienda respecto de cuánto grano incorporar a su dieta. Este sistema solo requiere de un silo de entre 10 y 20 toneladas que permite que el animal consuma a voluntad el grano, en general mezclado al 10 por ciento con un núcleo proteico (no siendo este estrictamente necesario). De este modo se planea el suministro de maíz para rellenar el silo 1 o 2 veces a la semana, disminuyendo la necesidad de atención (mano de obra) y costo operativo de alimentación. Al mismo tiempo que se le suministra el grano en un lote abierto al animal, donde el mismo pastorea con forraje. De esta manera esquivamos el problema ambiental y de bienestar animal. En épocas de escasez puede ser suplementado con heno, o pueden tener a disposición un silo de forraje picado fino. Es muy importante la presencia de fibra efectiva (de más de 1,5 centímetros) para favorecer el proceso de rumeo. Este esquema gana adeptos tanto en pequeños como en medianos productores.

En resumen, como vemos este esquema tiene la ventaja del agregado de valor al grano de maíz, la disminución de los costos de flete, el menor impacto ambiental, la mayor producción de carne por hectárea, la mayor velocidad de engorde y que al producir el grano el mismo productor le da más estabilidad al sistema, independizándose de la curva del precio del maíz en puerto. Finalmente, cuando creíamos que en materia de suplementación animal estaba todo dicho es el ingenio popular del productor rural el que con una idea revolucionaria, desafiando el conocimiento formal, redefine el concepto del viejo comedero. Si duda que con el transcurrir del tiempo veremos varios trabajos de investigación al respecto que afinarán la tecnología de proceso, a los efectos de maximizar el beneficio empresario, la respuesta animal, el bienestar animal y el cuidado del ambiente mediante el uso de los silos de grano “self service” para bovinos.ElDiario

Mariano Fava

Ingeniero Agrónomo (MP: 607 CIALP)

Posgrado en Agronegocios y Alimentos

mfava@cpenet.com.ar

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