La fiscalía le imputó el intento de femicidio de Nadia Lucero, agravado también por el vínculo y violencia de género. Quedó en prisión preventiva hasta el juicio oral.
Laureano González, el hombre acusado de la feroz golpiza que sufrió la joven Nadia Soledad Lucero el pasado domingo a la noche, fue indagado este miércoles en la Ciudad Judicial y al mediodía fue imputado de intento de femicidio triplemente agravado, durante una audiencia de formalización.
González quedó preso
La jueza de Control, Florencia Maza, le dictó la prisión preventiva hasta el final del proceso ante la posibilidad de que se fugue y/o entorpezca la investigación, tomando en cuenta su accionar antes de ser detenido, cuando estuvo prófugo durante más de 48 horas.
Se lo acusa de intento de homicidio con un triple agravante: alevosía, ensañamiento y el vínculo de pareja son esos agravantes, en un contexto de violencia de género. El intento de femicidio prevé en esas condiciones una pena de entre 10 y 15 años de prisión. “Es evidente el peligro de fuga. Le espera una perpetua”, fundamentó la jueza, confundiendo la figua penal, ya que esa pena podría caberle a González solo en el caso de que Nadia falleciese. “Se profugó y se ocultó más de 48 horas pese al enorme operativo policial que lo buscaba, nunca visto en la provincia”, insistió.
En la audiencia que se desarrolló en la Ciudad Judicial estuvieron presentes familiares de la víctima. El padre, Jorge Lucero, es formalmente querellante. También estuvo la hermana, Luján Lucero.
González, de 28 años, había abandonado a Nadia inconsciente, el domingo a la noche, en la guardia del Hospital Molas. La joven, de 22 años, sufrió una golpiza feroz, y lucha entre la vida y la muerte en terapia intensiva, sin mejorías desde que la atendieron los médicos. No le funcionan los riñones, tiene un pulmón perforado y golpes y cortes en distintas partes del cuerpo.
El martes por la mañana hubo una movilización en la Ciudad Judicial, donde los familiares de la víctima clamaron por justicia y porque fuera atrapado González, que permanecía prófugo. Este viernes convocaron a otra marcha, en la Plaza San Martín, desde las 18 horas.
Indagado, en silencio
González fue indagado este miércoles en horas de la mañana. No habló. Luego afrontó la audiencia de formalización, con la mirada fija en los funcionarios que hablaban y con una expresión imperturbable en el rostro.
El defensor Pablo De Biasi pidió que el acusado permanezca en prisión en la Brigada de Investigaciones o en otro lugar en el que se preserve su integridad física. La jueza le concedió la petición, ante el temor de que sufra represalias.
González fue detenido por la Brigada de Investigaciones el martes a las 19 horas en el interior de una vivienda ubicada sobre la calle Ferreyra en el barrio Santa María de La Pampa. Tenía una carabina y un bolso con pertenencias personales. No había señales de que pensara entregarse.
La acusación
Durante la audiencia, el fiscal Martos precisó que se lo acusa de haber pasado a buscar a las 3 de la madrugada del domingo por la casa de una amiga. Estaba alterado y se la llevó a la casa donde convivían desde hacía un mes, en el barrio Escondido. Allí la golpeó con los puños y los pies, según el fiscal. La dejó inconsciente, pero la mantuvo encerrada hasta las 21.55. En ese momento la cargó en el auto y la trasladó hasta varios lugares, hasta que la dejó abandonada en la guardia del Molas a las 23.55.
El fiscal pidió y obtuvo varias medidas de prueba: una requisa del vehículo del acusado, la extracción de sangre para comparar el ADN con las manchas en la ropa secuestrada en la casa de una expareja donde estuvo después del hecho y también en el material genético que se encontró debajo de la uñas de la víctima, que lo habría rasguñado para defenderse.
Encubrimiento
La jueza dispuso la prisión preventiva por 90 días de Claudio Reyna y la prisión domiciliaria de Daiana Escudero. Ambos están imputados de encubrimiento agravado. Desde el lunes a la noche hasta el momento de la detención González estuvo en su casa, de la calle Ferreyra.
Ellos declararon este miércoles que él los amenazó y que consumía cocaína mientras blandía una carabina. La mujer declaró en su indagatoria que amenazó con hacerle daño a su hija, de 2 años. Tambien tiene otra niña, de 5.
El fiscal no creyó esa coartada. Dijo que podrían haber llamado a la policía de todos modos. “Ambos estaban en la vereda con amigos cuando llegó la policía”, dijo la jueza. Y remarcó que sabían de la gravedad de la acusación por la que González estaba prófugo. Además, se supone que colaboraron con él, al esconder el Bora gris en el patio y cubrirlo con chapas y plásticos. También le dieron subsistencia durante ese lapso.
La jueza concedió la domiciliaria a la mujer, porque está a cargo de los dos niños. Pero presumió de que hay indicios de que ambos podrían haber cometido el delito que se les imputa. Y dispuso que Reyna quede en preventiva por tres meses porque tiene una condena condicional por un delito contra la propiedad, de tres años, que podría concretarse si es nuevamente condenado, algo que aumenta el riesgo de fuga.
La jueza aceptó el pedido de la defensora Blanco Gómez para analizar si encuentran rastros de cocaína en la sangre de González. La defensora supone que si es así, se fortalece la coartada de que no llamaron a la policía por el miedo que sentían ante las amenazas proferidas por el principal imputado.
La escena del crimen
La chica, madre de dos hijos que tuvo con una pareja anterior, empleada de comercio, vive en un complejo de departamentos sobre la calle San Francisco de Asís, en el barrio Escondido de esta ciudad.
La fiscalía considera probado que el ataque ocurrió en la vivienda que compartía la pareja en el barrio Escondido. El escenario que hallaron fue horroroso. Había rastros de sangre y salpicaduras en las paredes y el piso. Otro de los elementos recolectados fueron pelos, esparcidos en diferentes lugares de la escena del ataque.
Los investigadores -también trascendió- hallaron cocaína en la casa donde se produjo el brutal ataque contra Nadia. Laureano González tiene antecedentes penales. Fuente El Diario
