En medio de la pandemia, con un torneo sin concluir en 2020, con adolescentes que casi no pudieron competir, la institución renovó los cargos para intentar dar un salto en la era pos-COVID.
De forma virtual, con la presencia de alrededor de 25 delegados de distintos clubes, se realizó la Asamblea de la Liga Cultural que eligió a Guillermo Rechimont como presidente por un nuevo período de dos años.
Después de varias especulaciones, de llamados, acuerdos y desencuentros, llegó la fecha y la institución que rige el fútbol del centro, oeste y sur de la provincia renovó su Mesa Directiva hasta el año 2023.
En un momento se sondeó la posibilidad de que se presenten dos listas con Rechimont por un lado e Iturri por el otro, luego se barajó la idea de que el actual presidente estaba dispuesto a dar un paso al costado, más tarde sonó el teléfono y un llamado desde el Gobierno Provincial le hizo desechar esa idea de alejarse, posteriormente se habló de la renovación con la juventud de Mauro Massolo al frente de la Liga y finalmente se produjo la "fumata blanca" y la lista definitiva tomó su cauce.
Para ello, fue importante el viaje de Rechimont, Iturri y Gonzalía a La Rioja para la convocatoria que realizó el Consejo Federal de AFA para "unir la tropa" detrás de Claudio "Chiqui" Tapia ante un nuevo intento de desestabilización que llegó desde los popes de la Superliga.
Al pie de los cerros riojanos limaron las asperezas Guillermo Rechimont y Alfredo Iturri para darle forma a la nueva Mesa Directiva de una Liga Cultural castigada por la pandemia, pero que también necesita refrescarse de ideas, proyectos e innovaciones para elevar el nivel del fútbol nuestro de cada día que parece estancado en la década del 80.
Tal vez, uno de los mayores logros de los últimos tiempos tenga que ver con el lanzamiento del campeonato de desarrollo de fútbol femenino, una cuenta pendiente que llevó muchas horas de trabajo, organización y charlas informativas y que finalmente se pudo concretar.
Será el gran desafío para la próxima gestión que deberá afianzar el campeonato y lograr estructurarlo de tal forma que puedan sumarse los clubes del centro y sur pampeano que en esta oportunidad no pudieron competir por los altos costos en los viajes, ya que nueve de los diez equipos son del conglomerado Toay - Santa Rosa.
Pero también hay otras cuentas pendientes como el proyecto que tiene la Liga en el predio cedido por el municipio de Santa Rosa en la laguna Don Tomás donde la intención es construir dos canchas y poder edificar la nueva sede social.
En lo que se refiere a los campeonatos tanto de Primera División como de las categorías formativas, habrá que esperar que transcurra la pandemia para luego hacer un balance. A priori, sería importante repensar la actualidad del fútbol culturalista en busca de un torneo más prestigioso y competitivo más allá de la dificultad que tiene la Liga en la amplia extensión de su territorio que atenta contra el crecimiento de la calidad. fuente El Diario de La Pampa
