EL DESESPERADO RECLAMO DE UNA MADRE -
Una mujer trabaja en Santa Rosa y sus tres hijos menores de edad residen en Winifreda. Están en una vivienda de barrio donde permanecen cuidados por una niñera.
La madre viene a verlos cada siete o catorce días porque se le hace difícil económicamente viajar al pueblo todos los fines de semana.
Se propuso pasar más tiempo con ellos porque es el sostén del hogar, y para eso pidió ayuda al área municipal de Desarrollo Social de esta localidad. También reclamó una audiencia con la intendenta Adriana García.
Una complicada realidad social vive Pamela Stortini y la dio a conocer públicamente por RADIO COMPACTO. La mujer contó: “Trabajo mediodía como portera en el colegio secundario Río Atuel de Santa Rosa y dependo de una empresa privada”. En esa populosa barriada de la capital pampeana hubo casos positivos de coronavirus, incluso aún se lleva a cabo el programa “Búsqueda Activa” del virus. “Gracias a Dios cuando se dispuso el aislamiento estricto no estaba trabajando en ese momento, por lo tanto no tuve contacto con nadie ni me pasó nada”, aclaró.
“Tengo mi casa de barrio en Winifreda y en ella viven mis hijos de 7, 12 y 14 años de edad con una niñera las 24 horas. Voy a verlos viernes, sábado y domingo o cada dos fines de semana, depende de la movilidad y de mis recursos económicos porque el remise me cobra 3000 pesos, ida y vuelta. Realmente se me está poniendo recontra difícil la situación y mis hijos me necesitan porque soy el sostén de ellos, cumplo las funciones de madre y padre”, sostuvo.
Planteó sus padecimientos en la municipalidad local donde fue atendida por una trabajadora social. “Fue a mi casa y verificó que mis hijos conviven con la niñera, me pasó un informe a favor mío en el cual afirma que no están solos. Iba a pedir al IPAV (instituto Provincial Autárquico de la Vivienda) el cambio de casa, es decir que me consiga una en Santa Rosa y entregue la que tengo en Winifreda, pero yo no quiero sacar a mis nenes del pueblo, ellos ya sufrieron trastornos psicológicos cuando se fueron de Santa Rosa siendo chiquitos, y después de tanto tiempo se acostumbraron allá, a la tranquilidad. Además la ciudad no es un ambiente para criar a los chicos”, siguió.
Asimismo, se le consultó sobre cuál es su pedido concreto y respondió que le planteó a la funcionaria comunal que “vean la posibilidad de darme trabajo o un emprendimiento que me asegure el sueldo que estoy ganando actualmente, entonces me quedaría más tiempo en mi casa cuidando a mis hijos. También le pedí que me gestionara una audiencia con Adriana (Adriana) porque vengo padeciendo esta situación hace más de dos años y realmente no doy más”. Y amplió: “Tengo un sueldo de casi 18 mil pesos y como debo pagarle a la niñera y destinar dinero para viajar, estoy llena de cuentas. Tengo una deuda con la cooperativa eléctrica de 18 mil pesos más 4.000 pesos de gas, todavía no me cortaron los servicios. Se me pone re-difícil todo. Es por esto que no estoy pidiendo que me mantengan sino un trabajo”.
En Santa Rosa, la mujer deambula entre la casa de su papá o la de su tía. “Tengo mi vivienda propia y tengo que andar a las vueltas. No es justo”, se lamentó. Reveló que los padres de sus hijos no abonan la cuota alimentaria. “No aportan nada, ni siquiera los visitan ni les compran un par de zapatillas. Hace catorce años que la vengo remando sola. Pero se me está yendo todo de las manos”, señaló con angustia. Y en el final reiteró: “Pido un trabajo en Winifreda para seguir criando a mis hijos. Tengo 35 años y desde los 14 años que estoy trabajando”.
